domingo, 19 de julio de 2015

EL FOTÓGRAFO. Opinión y argumento.

El fotógrafo (2011).
Autores: Didier Lefèvre, Emmanuel Guibert, Fréderic Lemercier.

Fuente: Librería Sin Sentido


Opinión personal y argumento:
El fotógrafo es un libro escrito en forma de cómic, con dibujos y fotografías, que narra la historia de Didier Lefèvre en su viaje como fotógrafo de un grupo de Médicos Sin fronteras a Afganistán, en tiempo de guerra entre soviéticos y los mujahidin.
En el libro se muestra cómo van recorriendo kilómetros y kilómetros caminando, con caballos que mueren de cansancio y agotamiento, subiendo cordilleras, cruzando ríos, pasando frío, miedo, por los posibles ataques y bombardeos de los soviéticos a la expedición.

Dos rutas: la de ida, y la de vuelta, después de curar enfermos por heridas de metralla en manos, pies, mandíbula, columna, cabeza… En la ruta de ida, Didier estuvo muy arropado por el grupo. A la vuelta, prefirió volver solo, bajo su responsabilidad, pues quería experimentar la supervivencia. Y vivió ese regreso con mucha angustia y miedo por todo lo que le sucedió.

Los compañeros de viaje, médicos, afganos, etc, que conoció; el viaje en sí; lo vivido, los paisajes, gente, operaciones, etc, fotografiados que aparecen en el libro, le causaron impacto y le hicieron volver en ocho ocasiones de visita a Afganistán posteriormente.

Más de cien carretes gastados.

Con la publicación de unas seis fotos sólo en Francia, su experiencia quedó olvidada en libretas que se perdieron.

Con el tiempo, un amigo, dibujante y guionista de cómics, Emmanuel Guibert, le propuso retomar su historia y publicarla en un libro. Con la ayuda de las fotografías, Didier pudo recordar partes olvidadas.
El encargado de la maquetación y el color del libro fue Fréderic Lemercier, diseñador gráfico.

Mientras lees esta historia, te sumerges en eso, una historia, olvidando a veces que fue algo real, que pasó, que las fotos son reales, y que hay un montón de gente dispersa en el mundo que sufre las consecuencias de guerras, siendo heridas, pasando dolor con las heridas, muriendo…

Y también te hace reflexionar sobre la gente que, sin pedir mucho, se ofrece a ayudar curando, acompañando en los viajes, ofreciendo comida y hospedaje…
La valentía de los especialistas médicos, su dedicación a los enfermos, su pericia para curar con escasos medios,… les hace realmente valiosos en todos los países en los que los necesitan.

Gracias a estas personas, otras sufren un poco menos.

Les admiro, porque yo no podría.
Y son muy necesarios.

Gracias, a todos ellos.




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