A veces no nos damos cuenta de que no somos autosuficientes y tampoco de que no somos capaces de hacer las tareas de cualquier oficio.
Cada persona tiene cualidades que le hacen servir para una cosa u otra.
Nos necesitamos unos a otros.
El parque y las calles necesitan a barrenderos, si tengo avería de lavadora o de termo eléctrico, yo no puedo solucionarlo, no sé colocar las clavijas, dónde va cada pieza, necesito la ayuda de una persona ajena a mí que arregle el desperfecto.
Los bomberos, la policía, no toda la gente tiene la valentía como virtud y puede ocupar esos puestos de trabajo.
Yo podría ayudar en un comedor a hacer comidas, y fregar, pero no podría llevar el camión que reparte cattering a una fiesta.
Unos necesitan de mí, y yo necesito de ellos.
Si todos fuéramos autosuficientes, no habría que pedir ayuda o consejos a nadie.
Estando cualificados para cosas diferentes, se forma una cadena solidaria en la que tú te ocupas de esto y yo de aquello. Tú solucionas esto y yo aquello.
Y es importante saber valorar el esfuerzo y el trabajo del otro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario