Me encontré ayer con una amiga, a la cual le rondaban unas cosas en su cabeza. Me decía: "Me viene a la cabeza un pensamiento, que podría tornar a debate, sobre la fantasía, la realidad, y los sueños o anhelos.
¿Es posible que te llegues a creer que tienes un admirador en una página en Internet, que te envía mensajes a través de frases escritas, dibujos, fotografías, felicitaciones, y tú, para sentirte afortunada, lo lees y lo crees.?
Hasta qué punto lo ficticio de la red se apodera de ti y te engancha a volver a leer esa página, con nuevos artículos y escenas para ver.
Pero luego llega lo que es real, o deberíamos tomar por real, y ahí se desvanece el mundo de fantasía creado por ti, y para ti.
Pienso que este juego se debe sobre todo por el deseo de vivir en una ilusión, que alguien al otro lado te escribe mensajes de amor.
La cosa se acentúa cuando señalas con el dedo a una persona física, un amigo, conocido o alguien, y aseguras que es quien te agasaja.
Pero a mí me gustaría, que la persona en cuestión diera la cara, y que se entablara una amistad real, no en la fantasía".
Me expuso su "opinión" de un golpe, sin parar de hablar, sin dejarme opinar. Y tal como llegó se fue.
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