Cómo se sentiría cualquier persona lectora de libros si entrase en una sala silenciosa repleta de libros, y mirase a todos lados y le llegase el silencio, la belleza de las estanterías con los libros colocados, unos cayendo a la derecha, otros a la izquierda.
Sillones, mesas, de una antigüedad absoluta, con esa tonalidad que posee el cuero y ese olor a antiguo tan característico en todas las piezas.
Las bibliotecas o salas de libros del pasado, con el aroma a humedad, a no usado en mucho tiempo, a frescor, a polvo no limpiado...
Lugares preferidos...
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