jueves, 10 de diciembre de 2015

Rincones especiales en Salamanca. 1

Mi nochevieja universitaria 2015.





Voluntario irreconocible para foto con su bici.
Amor platónico instantáneo.


Mi selfie a medias con voluntario.

Mi atención se reducía al DJ de sombrero y barba hipster marrón... demasiado atrayente como para no grabarle.
La música del dueto (chico camiseta azul y chico sombrero) invadían mis oídos, dejándome llevar por el ritmo y los gritos de voces masculinas y brazos en alto, entre barbas, hippies, sonrisas, luces, cámaras y mis auriculares y yo, en momentos cruciales.
Era la guerra. La guerra en lo secreto. Guerra entre jóvenes españoles y extranjeros escondidos, acompañados de españoles impuros y vendidos.
A las 21:30h dejaba la plaza, despidiéndome del voluntario nuevamente hipster con un selfie a medias.
Son las 23:30h, y aún no han dado las campanadas para las uvas-gominolas de fin de año universitario. Muchos/as se atragantarán ya con la primera. Pues, yo, sin saber mucho de lo que digo, me he adelantado media hora a la gran fiesta que nos tenían preparada el colectivo de Erasmus simpáticos tipo mujeres francesas y supuestos amigos de americanos gafitas, así como italianos de ciudad, pijos y sarcásticos.
La guerra es ganada cuando falta media hora para su guerra.
La fama de tontos españoles que tenemos pasará a la historia, o eso deseo.


Este post es raro, pero, como dice un amigo, lo raro escasea, y se desea.




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