Siempre me ha llamado la atención la gente que en un sitio cerrado, es decir, no en la calle, utilizan para estar en los sitios gafas oscuras que parecen de sol, o que quizá sean de sol.
Lo más seguro es que sean graduadas, y por eso pueden leer con ellas, aunque parezca que son ciegos; o pasearse por una tienda, aunque parezcan creídos que están vacilando a la gente y presumiendo; o vayan ancianos al anochecer caminando por la calle así, dando la impresión de que van a caerse y de que no ven ni un pijo.
En otros casos, los jóvenes en las noches de fiesta, para vacilar y ligar, y llamar la atención, u ocultar sus excesos, también las utilizan, y éstas son las únicas que me atrevo a escribir que no están graduadas, y que por lo tanto, sí que no ven ni un pijo. Pero, según su filosofía, la filosofía de la fiesta y de la noche, hay que hacer todo lo posible para ligar y pasarlo bien.
Y por último, se encuentran las personas que quieren ocultar algún rasgo en su cara, ya sea en sus ojos, o en su rostro, o porque son ciegas y las deben llevar.
Sea como fuere, llama la atención encontrarse a la gente con este tipo de gafas en los sitios mencionados.
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