Esta canción la descubrí en la época de la pandemia. La escuchaba una y otra vez y no me cansaba de escucharla. Es ya una vieja canción. Pero me sigue gustando.
La canta Prince Royce y se titula "Darte un beso".
Esta canción la descubrí en la época de la pandemia. La escuchaba una y otra vez y no me cansaba de escucharla. Es ya una vieja canción. Pero me sigue gustando.
La canta Prince Royce y se titula "Darte un beso".
Una bonita fuente. Sencilla pero a la vez linda. Situada en otra Avenida. En el Paseo de Carmelitas.
Este cartel corresponde a una invitación a una exposición de pintura que tuvo lugar en Salamanca durante el mes de marzo del 2025 en una sala de artes escénicas llamada La Cueva. Los dibujos y pinturas están creados por mí.
El reflejo de luces combinado con la lluvia en el suelo dan a esta foto un toque mágico. Foto bonita. Me gusta. Se encuentra en Salamanca, en la Avenida Federico Anaya. Me gusta esta Avenida.
Cuando el grupo de música Maná se dio a conocer, además de otras canciones me llamó mucho la atención esta canción: El muelle de San Blas. Una canción preciosa. Aquí os la dejo. Me llama la atención el enraizarse en el barco y que se enamorara del mar. Una bonita historia.
EL MUELLE DE SAN BLAS, MANÁ
Acercándonos a la aventura.
Y llegó un día en que todo iba tomando sentido.
Un día en que los abrazos parecían insuficientes, pero sumados a manos entrelazadas y beso de despedida lo llenaban todo.
Y empecé a bucear acercándome a la aventura. Sin saber el siguiente paso, sin desear la despedida. abriendo paso a lo desconocido y considerando todo una vía de amor en su más cálida acogida.
La aventura. De camino a la aventura. Sin saber cómo transcurrirían las cosas. Viviendo el día a día. Viviendo la aventura. Viviendo intensamente cada gesto de amor. Dejándote llevar. Sin pensar.
Y llegó otro día de paseo. Nuevos abrazos, nuevas manos juntas, nuevos besos.
Llegaron cosas bonitas. Llegaron en el paseo. Sí. llegaron cosas bonitas.
A veces.
A veces, sin esperarlo, te llegan regalos inimaginables.
A veces, sin esperarlo, eres feliz en ciertos momentos.
A veces, sin esperarlo, te sientes dichosa por cómo sucedió todo.
A veces, sin esperarlo, te gustaría seguir en esa nube tan blanca y también de color de algodón dulce. Viajar en ella con textura esponjosa, y oler ese azúcar tan especial. Momentos de ensueño y cuentos de hadas.
A veces, sin saberlo, te sorprende cómo un día se puede tornar de triste a estupendo.
A veces, sin saberlo, te maravillas por lo ocurrido.
El corazón se hincha de música y de paz, de alegría y sorpresa.
Y sólo puedes pedir que no se esfumen los recuerdos y que lleguen muchos momentos que están ahí a veces.
Días tristes.
Se acercan días tristes. Llegan días tristes.
Los conozco. Demasiado. A veces se quedan bastante tiempo. El suficiente para que alerten a la cabeza y al corazón de impaciencia, desánimo, tristeza, ansiedad...
-" Quiero esto y lo quiero ya."
Y cuando la ansiedad lo supera todo, el foco se centra en -" Por favor, que me llegue la paz, que llegue la paz a mi corazón".
Días tristes, días con desánimo. La estación de la primavera tampoco ayuda. Odio este tiempo de sol, calor, mucha luminosidad. Este tiempo entre invierno y verano, mezclado. Odio esta mezcla.
Y aquí estoy, escribiendo unas cuantas letras sobre estos días tristes, que espero que se vayan y no vuelvan más.
Mi deseo en estos pensamientos de última hora.