Mi pensamiento de última hora de ahora mismo trata sobre lo que esperas que va a suceder y no sucede según lo que ya estaba previsto.
Me explico:
Llevas una vida monótona, rutinaria,… realizando las mismas tareas casi todos los días; encontrándote con la misma gente en el mismo sitio cuando vas a comprar, cuando pasas a las cinco por la calle de siempre; cuando paseas en el parque del fin de semana…
En muchos casos podrías calcular con mayor o menor precisión cuándo vas a encontrar a esas personas, si los trabajadores estarán a la misma hora en su trabajo; si en las terrazas del bar estarán las mismas personas sentadas de todas las tardes; si todo está como siempre, etc.
Pero hay factores que contribuyen a que esto no suceda tal como esperas. Y son las otras personas. Pues puede darse el caso de que sus obligaciones les lleven a faltar a las actividades que siempre ellos realizan también, y que por lo que sea coinciden con las tuyas.
Es ahí donde el factor “casualidad”, “destino”, “porque sí”, se accionan y modifican toda la normalidad del día rutinario que se llevaba habitualmente.
Con lo cual, como excepción a la rutina, lo que esperabas encontrar no está, con la sorpresa, la casualidad o el porque sí tenía que ser así de que no suceda.
Pero seguirás con tu rutina, tu día a día, tu mañana y tu día siguiente, y el posterior, porque a pesar de echar de menos muchas veces “lo de siempre”, también sabes que antes o después volverá todo a su rodaje, y la ciudad empezará a funcionar como hasta ahora.
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