Y llegó el momento de empezar de nuevo. Las calles parecían desiertas, pero era sólo un espejismo.
Se habían derrumbado varios edificios y el colegio del poblado estaba en muy mal estado. Al igual que le ocurrió a la iglesia.
A empezar de nuevo. Tres personas descubrieron que eran las únicas que habían sobrevivido.
Mientras inspeccionaban la zona, la suela de sus zapatillas se desacía como los hilos de un pegamento, y esto dificultaba su avance caminando.
Cuando llegaron al foco del desastre, se dieron cuenta de que seguían en peligro.
La temperatura comenzó a subir hasta que llegó a un nivel al que ningún mortal podría sobrevivir.
Y sólo se necesitaron unos minutos para que estas tres personas murieran como el resto de la población.
Y ya no se pudo empezar de nuevo.
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